Celeste de Giardini di Toscana.
Celeste de Giardini di Toscana —casa italiana reconocida en la perfumería niche por su enfoque emocional, íntimo y artesanal.
Es una fragancia aromática unisex que se siente como un suspiro de luz, una bruma suave que acaricia la piel y la transforma en un paisaje tranquilo.
Es un perfume que evoca serenidad, delicadeza y una belleza casi etérea.
Como contemplar un cielo claro después de la lluvia o el resplandor suave del mar bajo una mañana luminosa.
No es simplemente un perfume: es un estado de ánimo, una atmósfera, una sensación de equilibrio entre frescura y calidez.
Y dentro del universo de perfumes con violeta, este es mi favorito absoluto, porque logra captar la faceta más fina, elegante y luminosa de esta flor.
Sin caer en lo empolvado excesivo ni en lo dulce artificial. Aquí la violeta respira, flota, se eleva.
Notas de Salida.
La apertura es como una brisa marina suave.
El acorde de agua de mar no es salado de forma agresiva, sino transparente, fluido, puro, como una ola tranquila que se desliza en la orilla.
La lima aporta brillo y vivacidad, dando la sensación de una claridad cristalina, fresca, chispeante.
Esta salida introduce la fragancia con limpieza y calma, evocando un paisaje costero iluminado por el sol, donde el aire es puro y la mente se siente ligera.
Notas de Corazón.
Es en el corazón donde Celeste revela su encanto más íntimo.
La violeta emerge suave, aterciopelada, delicadamente empolvada, con ese toque nostálgico y sofisticado que la caracteriza.
Pero aquí no es melancólica: es luminosa, suave, radiante.
La frambuesa aporta un dulzor tenue, jugoso, natural, que no domina, sino que acompaña.
Las flores exóticas se difuminan como un velo aromático ligero y elegante, sin saturar ni competir.
Este corazón es poesía en calma: un equilibrio perfecto entre lo floral, lo frutal y lo suave.
Es envolvente, íntimo, cálido, emotivo.
La violeta aquí se siente como piel cuidada, como tela fina, como un perfume que se queda cerca y se comparte a través de la cercanía.
Notas de Fondo.
La base aporta profundidad y duración.
La vainilla es cremosa y suave, sin estridencias, aportando una calidez delicada que sostiene la composición con dulzura fina.
El ambroxán, por su parte, envuelve todo con una estela cálida, transparente y ligeramente amaderada.
Aportando ese efecto “segunda piel” tan característico de las fragancias modernas de alta calidad.
El resultado es un final que no invade, sino que permanece, como un recuerdo claro, como el rastro suave de algo bello que no se olvida.
Celeste de Giardini Di Toscana es una fragancia para quienes aman lo sutil pero con presencia, lo suave pero con identidad, lo fresco pero con profundidad.
Una fragancia que se adapta a cualquier temporada, pero que se vuelve especialmente mágica en días luminosos o momentos donde se desea paz y belleza.
Es una fragancia que abraza, acompaña y embellece, que realza la personalidad sin imponerse.
Un aroma que se siente como respirar hondo y sonreír sin darse cuenta.
Elegante. Suave. Serena. Inolvidable.






